Located on the north side of The Bridle Path, near Banstead Road in Surrey, the site occupies a long, narrow, trapezoidal plot currently hosting two detached, single-storey garage structures.

The local context is defined by large, post-war two-storey houses, unified by a restrained palette of materials — clay tiles, red and buff brick façades, white render, pitched clay roofs, and carefully landscaped front gardens. These material and spatial cues have informed the proposal’s architectural response.

The new house presents a modest and respectful frontage to the street. Its narrow elevation is composed with care, balancing new openings and a massing strategy that aligns with the scale and rhythm of The Bridle Path.

The form of the new building is derived from the original footprint of the garages, maintaining the established relationship to the street while subtly adjusting the width and aligning rear boundaries with neighbouring plots. A new pitched roof folds away in section to preserve daylight access to adjacent properties, ensuring minimal impact on surrounding homes.

The project proposes a house that is introverted in character. To maintain privacy and avoid overlooking issues, there are only a couple of street-facing window, and no openings to the east or west elevations. In contrast, the rear façade opens almost entirely to a deep private garden, creating a strong spatial and visual connection between the interior and the landscape.

Each elevation is composed in response to its immediate context, creating a house that is sensitive, discreet, and embedded within the fabric of the neighbourhood.

El terreno se ubica en el lado norte de The Bridle Path, una calle residencial cercana a Banstead Road, en Surrey. La parcela tiene una forma trapezoidal, alargada y angosta, actualmente ocupada por dos estructuras independientes de un piso utilizadas como garajes.

El entorno inmediato está compuesto por viviendas de dos pisos construidas en el periodo de posguerra, con una paleta material coherente: tejas de arcilla, fachadas de ladrillo rojo o beige, revestimientos enlucidos en blanco, cubiertas inclinadas y jardines frontales con diseño duro y blando. Esta lógica material ha sido cuidadosamente considerada en el desarrollo del proyecto.

La nueva vivienda se presenta hacia la calle de forma sobria y respetuosa. Su fachada angosta se compone con precisión, articulando nuevas aberturas y una volumetría que dialoga con la escala y el ritmo existente en The Bridle Path.

La masa del proyecto se deriva de la huella original de los garajes, manteniendo la distancia establecida hacia la calle, ajustando levemente su ancho y alineando las fachadas posteriores con las condiciones impuestas por las casas colindantes. Una nueva cubierta inclinada se pliega estratégicamente para evitar afectar el acceso a luz natural en las propiedades vecinas.

El diseño propone una vivienda introspectiva. Para resguardar la privacidad, solo se incorpora un par de ventanas hacia la calle y no se abren vanos hacia los lados oriente ni poniente, evitando vistas cruzadas entre casas. En contraste, la fachada posterior se abre casi por completo hacia un jardín profundo, generando una conexión directa entre el espacio interior y el exterior privado.

Cada una de las fachadas ha sido diseñada en respuesta a su entorno inmediato, dando forma a una vivienda sensible, contenida y plenamente integrada en la trama del barrio.